Los transeúntes que paseaban desprevenidos por la Ronda del
Sinú, contemplaban con curiosidad el nuevo monumento de arte abstracto que
adornaba un sector del parque, la extraña figura de formas retorcidas y
contornos puntiagudos, lanzaba destellos plateados cuando el sol se posaba
sobre ella.
“parece una obra de arte de museo” asegura Nicolás Jiménez
asiduo visitante del sector, quien siempre se dirige a esta zona del parque a
descansar en una banqueta ubicada debajo de un inmenso árbol de higo.
Esta obra aún no ha sido inaugurada, tampoco se conoce quién
fue el artista que la elaboró, pero se presume que está hecha de sillas
metálicas que pertenecían a un famoso
restaurante con nombre de árbol, que decidió cerrar sus puertas y donó
sus sillas para crear un monumento para la posteridad.
“aquí solía venir mucha gente a comer” manifiesta Sandra
Martínez, mientras apura el paso porque va llegando tarde a su trabajo.
Mientras esperábamos que apareciera alguna autoridad para
inaugurar la obra, sorpresivamente las puertas del restaurante se abrieron, los
empleados empezaron a desmontar una a una las sillas que formaban la hermosa
estructura que por muchas horas fue el centro de atracción de los transeúntes.
“Nosotros las recogemos en las noches y las apilamos para
guardarlas” explicó Diana Arroyo, empleada del sitio.
El monumento que tantas miradas captó fue desmontado en
menos de cinco minutos, tuvo una vida fugaz, pero todos los días antes que el
restaurante abra sus puertas, los visitantes podrán contemplar esta extraña
figura.