viernes, 25 de abril de 2014

A este ‘gallo’ lo manda su mujer

Enrique Padilla Gómez.
Hay quienes nacen para ser vendedores de agua o de café, algunos para cuidar gallos y otros para tener hijos, y con los años adquieren tanta experiencia en el oficio que eligieron, que si estuviera en mis manos le daría como título alguna especialización o maestría, algo que certificara su experiencia y fuera a la vez, un reconocimiento a su arduo trabajo.

Enrique Padilla Gómez, tiene 68 años y es un maestro en los tres campos. Vende agua y café, cuida gallos y es especialista en el arte de procrear, pero no todo a la vez, cada época del año la tiene destinada para alguno de los oficios y del último ya se jubiló.

Hoy hace calor, y no es novedad en una ciudad como Montería, cualquiera creería que es la ‘hora feliz’ de don Enrique Padilla y que está como ‘loco’ vendiendo bolsas de agua, que es lo que viene comercializando en los dos últimos meses. Pero no, la demanda de este producto tan preciado en el Caribe, no es su producto más vendido en la ciudad, ni lo que más le genera ingresos.

Irónicamente en Montería se consumen más café que agua. “Es mejor negocio vender café, gano diario 25 mil pesos, y vendiendo agua en los días calientes 12 mil pesos y en los fríos 7  mil. En cambio que con el café la gente corre sea al medio día con el sol bien caliente o a cualquier hora a tomar tinto”, asegura don Enrique.

Hay algo que le gusta más que hacer hijos, que a propósito, tiene tres con su actual esposa y cree tener cuatro más por calle, pero su sonrisa hace pensar que quizás podrían ser más. Lo más le gusta es ser gallero, 36 años de su vida los ha dedicado a cuidar gallos, de eso ha vivido y señala “Ahora me están solicitando en dos galleras de aquí de Montería y lo estoy pensando. Lo que pasa es que mi mujer no quiere que yo cuide gallo, sino que venda agua y café pero esas cosas no me gustan. El gallo es lo que da más plata”.

Sin embargo, a pesar de su profundo deseo de ir a cuidar gallos, él sigue recorriendo las calles de la capital cordobesa ofreciendo agua. Según don Enrique si le toca dejar a su esposa para ir a las galleras, estaría dispuesto a hacerlo. Pero antes de seguir su camino, confiesa que está pensando en incluirle a su 'carrito' donde lleva las bolsas, varios tarritos de café, cuando eso suceda no quedará duda que sus propuestas de ir a cuidar gallo tuvo que rechazarlas, y fue por una sola razón, y es que en su casa manda su ‘mujer’.

@mariagiset

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