viernes, 25 de abril de 2014

LA VENTA AMARGA DE LEDYS


Ledys Gómez Pérez había abierto muy temprano su puesto de confites en La Ronda del Sinú, en Montería, a la espera ganancias más dulces que las del día anterior. 

Lo que le ocurrió fue, sin embargo, una de sus más amargas experiencias, que puso en entredicho el prestigio de su afamado negocio. Uno de los tantos caminantes la abordó, le pidió que le vendiera mil pesos de mentas Chao (15 unidades) y luego hizo honor al nombre de aquel ambientador bucal. 

Pero ese cliente ansioso de higiene oral no había pisado mas de 10 adoquines cuando reviró: "Señora, uno de los empaques está vacío". Ledys lo miró incrédula y apenada. Aun así, subsanó rápidamente el que, asegura, fue un involuntario fraude. Lo que hizo fue producto de su destreza comercial: cambió la fraudulenta unidad por una auténtica y sonrió con coqueteo. 


Recuperado, su cliente volvió a marcharse, esta vez para siempre. Y Ledys, de 25 años, espiró victoriosa, pero aprendió que su oficio no están dulce como parece. 

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